Este es el último ejercicio con el que colaboré en metatextos, se trataba de escribir en alrededor de 300 palabras sobre el fin del mundo. Que lo disfruten.
Ap. 6:17
Porque el gran día de su ira ha llegado;
¿y quién podrá sostenerse en pie?
La vista revienta de sol y verde, el aire fresco alegra los pulmones. Los niños se divierten persiguiendo mariposas y lanzándole ramas al perro. Les prometí que después de comer volaríamos la cometa.
Fantaseo con planes para construir una cabaña junto al lago y disfrutar permanentemente esta tranquilidad. Pero son proyectos para ricos.
Decido dar un paseo, María me pide que no tarde, comeremos en media hora. Que buena mujer, siempre apoyándome, debí estar loco cuando casi la pierdo por estupideces, por culpa de otra. Pero eso quedó atrás, ella demostró una tenaz oposición a que mi debilidad e idiotez destruyeran la familia. Ahora me liga más a ella el agradecimiento por perdonarme. Me cortaría el cuello antes de lastimarla nuevamente.
Me gustan los días de campo. La luz, los colores y el viento lo limpian a uno por dentro, como si te permitieran soñar con ser un mejor hombre.
Pero un recuerdo me asalta: un lecho y un cuerpo prohibidos al alcance de una llamada. ¡El deseo es casi doloroso!, ¡ese cuerpo perfecto y pervertido!. Solamente evocarla me ha producido una erección y miro avergonzado alrededor. ¡Señor, en que estoy pensando!, después de lo que costó restaurar la tranquilidad de mi hogar.
Camino de regreso. Es temprano pero repentinamente negras nubes amenazan lluvia, relámpagos iluminan el cielo oscuro y rojizo del atardecer. Aparto el follaje que me separa del claro en donde esta mi familia y escucho un grito. Mi propio grito.
Mis hijos están tendidos en la hierba, inmóviles. Frente a mi, María cuelga entre los brazos del ser más extraño nunca visto: una gárgola de piel escamosa y tornasolada entre rojo y azul, con un hocico repleto de colmillos de donde mana sangre, sangre del cuello de María que gorgotea haciendo un ruido apagado. Cerca un ser semejante voltea hacia mi, despliega las alas y sus grandes y malignos ojos amarrillos son la última imagen que veo antes de que una espesa capa roja caiga sobre mi, cegándome para siempre.
¿y quién podrá sostenerse en pie?
La vista revienta de sol y verde, el aire fresco alegra los pulmones. Los niños se divierten persiguiendo mariposas y lanzándole ramas al perro. Les prometí que después de comer volaríamos la cometa.
Fantaseo con planes para construir una cabaña junto al lago y disfrutar permanentemente esta tranquilidad. Pero son proyectos para ricos.
Decido dar un paseo, María me pide que no tarde, comeremos en media hora. Que buena mujer, siempre apoyándome, debí estar loco cuando casi la pierdo por estupideces, por culpa de otra. Pero eso quedó atrás, ella demostró una tenaz oposición a que mi debilidad e idiotez destruyeran la familia. Ahora me liga más a ella el agradecimiento por perdonarme. Me cortaría el cuello antes de lastimarla nuevamente.
Me gustan los días de campo. La luz, los colores y el viento lo limpian a uno por dentro, como si te permitieran soñar con ser un mejor hombre.
Pero un recuerdo me asalta: un lecho y un cuerpo prohibidos al alcance de una llamada. ¡El deseo es casi doloroso!, ¡ese cuerpo perfecto y pervertido!. Solamente evocarla me ha producido una erección y miro avergonzado alrededor. ¡Señor, en que estoy pensando!, después de lo que costó restaurar la tranquilidad de mi hogar.
Camino de regreso. Es temprano pero repentinamente negras nubes amenazan lluvia, relámpagos iluminan el cielo oscuro y rojizo del atardecer. Aparto el follaje que me separa del claro en donde esta mi familia y escucho un grito. Mi propio grito.
Mis hijos están tendidos en la hierba, inmóviles. Frente a mi, María cuelga entre los brazos del ser más extraño nunca visto: una gárgola de piel escamosa y tornasolada entre rojo y azul, con un hocico repleto de colmillos de donde mana sangre, sangre del cuello de María que gorgotea haciendo un ruido apagado. Cerca un ser semejante voltea hacia mi, despliega las alas y sus grandes y malignos ojos amarrillos son la última imagen que veo antes de que una espesa capa roja caiga sobre mi, cegándome para siempre.
18 comentarios:
Aunque no es el estilo de relatos que suelen gustarme me agradó la forma en que lo redactaste, el fin del mundo llega cuando menos lo esperamos, yo pienso así que el fín llega en el momento menos pensado. Suerte!
Me gusta la parte donde sueñas con el cuerpo pervetido y prohibido, ja
hola me encanto este relato!!
la felicidad q lograste encontrar o estabilidad con ese final tragico me encanta.
me gustan las palabras q usas, me llevan a estar vivenciando ese momento
muy bueno!
Muy buen relato! espero algún día escribir así.. tendré q seguir ejercitando mi escritura...
saludos!
Se extrañan los comentarios que hacías de las firmas !
oiga maese, tenga tantita madre y comente los textos de los demás.
Al menos el mio, snif.
Me gustó más lo de la memoria de los lobos.
No sé cómo eran los comentarios de las firmas que añora, pero yo le voy a comentar que su nick es muy... sugerente, con esa visión rasante de dos pechos y en el medio pao.
Me agrada.
María Luz: Así pienso yo tambien, por eso hay que disfrutar el presente y en la medida de lo posible no hacer miserables a otros.
Textos desorganizados: Hay que ser cachondos a como de lugar.
Sally: gracias por tu comentario, es muy valioso para mi, saludos.
Marcela: Muchas gracias.
Pao: Regresan los comentarios, es que mi computadora agonizaba y se dificultaba escribir. Saludos.
Cazador: No comentaba porque esto era un desmadre, pero me voy a poner a mano. Lo juro ante dios que me mira. Un abrazo.
Zeta: Saludos, lo de la memoria tenía el empuje autobiográfico. Ah y por favor no cachondee a mis visitantes, ese es mi privilegio exclusivo.
Che Cazador, ay ay Damián no me ha comentado snif.
pfff
Muchas gracias por tu comment, un abrazo.
chico me tenias embobada leyendo hasta que lei el final inesperado (obvio se acabo) pero me gusto mucho, ami tambien ponme comentario ehh =(.
otra cosa, porque no he tenido el placer de platicar con ud por msn?.
Todos reclaman sus comentarios vió ?
Respecto a mi nick Zeta.. nunca visualize esa imagen :0
saludos!
No puedo decir nada, Pao, porque Damián la cela.
Luego la encuentro fuera y lo discutimos;)
Saludos
Boqueño: Saludos.
Yuvia: Gracias por tú comentario, no hemos coincidido en el msn, generalmente entro a horas muy poco cristianas.
Pao y Zeta: Hey, hey, hey, ¿que demonios esta pasando aquí?
Ya estoy aquí!! Que de tiempo sin pasar por tu blog... y llegué y leí... Magnifico Damian! Ya sabes bien lo que te admiro... Para cuando esas cervezas?? :P
Mil besos...
que abandonado tiene su blog señor Damian.
El deseo, es, definitivamente doloroso, no cabe duda alguna..hasta ahora,
saludos
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