viernes, 8 de febrero de 2008

La Dialéctica Demoníaca

Este es el escrito que mandé para el taller de metatextos de esta semana, el ejercicio consistia en hablar sobre los antiguos y nuevos dioses de la humanidad.


La Dialéctica Demoníaca.

Únicamente contigo me permiten hablar, así que atención.

Lo encontré por casualidad durante una expedición. Atrapados en una tormenta de arena distinguimos entre el vendaval, como un espejismo, la pequeña ermita enclavada en un peñasco.

El ermitaño ciego estaba solo, sentado en una roca, esperándonos.

Me habló de ellos, de cómo se ocultaron hasta adquirir la última noción de lo que llamó la “dialéctica demoníaca”, de cómo se levantaron contra los antiguos dioses:

“Destruyeron sus templos y confinaron sus cultos a museos, como absurdas supersticiones. Son dioses coléricos, dementes, no creen en abolir el deseo, pues son engendrados por el deseo mismo. Pudriéndose desde su concepción, odian y temen su fragilidad, por esto no creen en sacrificios misericordiosos ni en mundos trascendentales. Destazaron el alma, no existen promesas de vida futura en su dogma, son asesinos de cristos”.

“Exigen sacrificios de sangre, regocijándose en lo obsceno del sufrimiento. Locos, egoístas, detestan cualquier noción de balance. Nada saben de visiones espirituales, su cínica percepción del mundo se limita a poseerlo y destruirlo. Despojaron los secretos ritos dionisíacos de belleza para convertirlos en perversiones falsas y sin sentido, expulsando dioses y demonios del paraíso con un simple esfuerzo de su dialéctica demoníaca”.

“Ahora marchan sobre la tierra combatiendo entre ellos, no descansaran hasta consumir y pervertirlo todo”.

Cuando el santo ciego terminó de hablar, abrió la boca y las negras cuencas de sus ojos en un desesperado grito silencioso.

Al partir le pregunté si deseaba víveres o herramientas, pero nada quería, excepto un servicio:

- ¿Tienes un cuchillo?

- Aquí, -le contesté- es suyo.

- No, -dijo estirando sus huesudos brazos hacia mí- tómalo y arranca lo que apeste a humanidad.

Desconcertado guarde el cuchillo y silenciosamente salí de la ermita.

Así lo supe, ahora lo sabes también. Por temor a estas palabras me recluyeron. Pero tú, mi sombra, infectaras con la verdad a todos allá afuera. Pronto nos levantaremos, aniquilaremos su maldita estirpe y fundaremos una nueva era, una resurrección del espíritu de la belleza y la razón.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Se me erizo la piel con tú texto… Conservas un sabor de sangre y de carne.
El hecho de que la sensación de la muerte sólo aparezca cuando la vida es trastornada en sus profundidades nos muestra la inmanencia de la muerte en la vida.
La creencia en una pureza vital en nosotros humanos se pone en duda, y qué justificada está la convicción de que lo demoníaco anda entre nosotros, parece un substrato metafísico.
Siendo la muerte inmanente a la vida, ¿por qué la conciencia de la muerte hace imposible el hecho de vivir?
Que buen texto, me ha gustado mucho.
Un saludo.

Sil.* dijo...

Conserva ese cuchillo en forma de texto Damián, que al publicarlo haz comenzado a resurgir la belleza de las palabras con buen tino.
Con demonios o sin ellos a nuestro lado, Nos vemos en el infierno!!

Besos
Sil

blabla dijo...

Bueno, bueno tu escrito.
Aún no logro comprender muy bien,
¿es una crítica?
Saludos

Zeta dijo...

La conciencia de la muerte no hace imposible el hecho de vivir, Reggis.

Me gustó Demian, me gustó.

Sil.* dijo...

Damián: Con cierto atrevimiento te incluí en un juego que espero aceptes. Para saber más:
www.silviabalbi.blogspot.com/2008/antes-de-morir.html

Nos vemos en el infierno!!

Besos
Sil

Cazador de Tatuajes dijo...

Master, llevo desde el Viernes leyendo tu texto una y otra vez, pero nomás no le hayo; me siento el pendejo más grande sobre la tierra...pero no me queda mas que pedir como los méndigos "una luz por favor"

-antonio dijo...

No eres el único Cazador.

Damián de Victoria dijo...

Bueno, si puede ser que este algo oscuro, así que en metatextos ya puse una breve explicación de los motivos del texto. Gracias a todos por leer.

Anónimo dijo...

¡Me cachó! …Leí tú explicación sobre el contexto en el que escribiste la historia, y me doy cuenta de que interprete mi propia idea…Mmm...…mmm...…bueno en fin, descubrí que tengo mucha imaginación ;)
Saludos

•·.·´¯`·.·• Pao •·.·´¯`·.·• dijo...

=( q es lo de metatextos??
porq leí varias veces el texto, y creo estar interpretando mal.. por lo que leí en los comentarios.

saludos!

Zeta dijo...

Yo no sé qué es eso de los metatextos. Para mí es una arenga contra el racionalismo feroz. Y ni el mismísimo Damian me va a convencer de otra cosa.

Calleja dijo...

que? nos empedamos el fin en casa del ovoide?

La Dama de Cristal dijo...

Donde puedo encontrar eso de metatexto?? me gustaría leer tu explicación ya que no lo entendí muy bien... en estas cosas oscuras soy medio oscura je!... aún así me pareció un buen texto.

Besos!

Zeta dijo...

Ah! Una dama de cristal polarizado. Cool.

Damián de Victoria dijo...

Reggis: Tu historia esta mejor que la mía. Saludos.

Paola: Metatextos es un taller de literatura en internet, puedes encontrarlo en la página metatextos.com, bienvenida.

Zeta: Diste en el clavo nuevamente. Saludos.

Calleja: Juega el gallo, pero que se organice el amigo secreto.

Dama de Cristal: Besos, la dirección de metatextos es la de arriba.

̲Ƭ̲̲ɨ̲̲ֆ̲̲ɦ̲̲ǟ̲ dijo...

Hola,pase a saludarte me costo mucho esto de agregar un comentario ,es que aun no la tengo muy clara en blogger estoy acostumbrada a spaces.Grax x tu comentario en mi blog,que apenas comienza,le dedico mas tiempo al otro,y tiene una onda oscurita ,bueno es q asi soy.Te dejo un saludin y con mas tiempo vengo a leer ,esta muy interesante lo que escribis ,asi que a la noche me doy una pasada y quedo con un cafe leyendote.